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ENSEÑANZA PARA LA COMPRENSIÓN

Desarrollar la comprensión significa hacer cosas usando los conocimientos previos para resolver nuevos problemas en situaciones inéditas. ¿Pero qué deseamos exactamente que comprendan nuestros alumnos? ¿Cómo ayudarlos a desarrollar esas comprensiones y de qué forma evaluar sus progresos y proporcionarles realimentación? El marco conceptual elaborado por el proyecto de Enseñanza para la Comprensión proporciona un lenguaje para analizar y confeccionar currículos en lo que respecta a esas cuestiones.

Tópicos generativos

No todos los tópicos (conceptos, temas, teorías, ideas, etcétera) se prestan en igual medida a la enseñanza para la comprensión. Por ejemplo, es más sencillo enseñar cálculo de probabilidad y estadística que ecuaciones de segundo grado, porque el primero se relaciona más fácilmente con otras materias y con contextos que nos son familiares. Los tópicos generativos tienen características clave: son centrales para una o más disciplinas o dominios. Resultan atractivos para los alumnos. Son accesibles, por la gran cantidad de recursos que permiten al estudiante investigar el tópico. Existen múltiples conexiones entre los tópicos y la experiencia de los alumnos tanto dentro como fuera de la escuela. Y, quizá lo más importante de todo, despiertan el interés del docente. 

Metas de comprensión

Los tópicos generativos presentan un problema: son demasiado generativos. Cada uno de ellos se presta al desarrollo de múltiples y diferentes comprensiones. Con el fin de crear un centro, los docentes pensaron que sería útil determinar unas pocas metas específicas de comprensión para cada tópico. También les pareció útil formularlas tanto en forma de enunciados ("los alumnos comprenderán..." "los alumnos estimarán...") como en forma de preguntas de final abierto que pueden plantearse directamente a los alumnos.

 Desempeños de comprensión

Los desempeños de comprensión constituyen el núcleo del desarrollo de la comprensión. Así pues, necesitan estar estrechamente vinculados a las metas de comprensión. Los alumnos deberían comprometerse en desempeños que demuestren y desarrollen la comprensión desde el principio hasta el final de la unidad o del curso.

 Evaluación diagnóstica continúa

Tradicionalmente, la evaluación se lleva a cabo al final de la clase o unidad y se centra en la calificación y en la responsabilidad. Ambas funciones sirven a importantes propósitos, pero no son útiles para el verdadero aprendizaje del alumno. Cuando los alumnos aprenden con vistas a comprender, necesitan criterios, realimentación y oportunidades para reflexionar a lo largo de la secuencia total de la enseñanza.

 En el marco conceptual de la Enseñanza para la Comprensión este proceso se denomina evaluación diagnóstica continua

 Los casos de evaluación diagnóstica suelen implicar realimentación por parte del docente, de los pares o del propio alumno (autoevaluación). En ocasiones, el docente suministra criterios de evaluación y a veces logra que los alumnos los desarrollen. Aunque existen muchos enfoques sensatos de la evaluación diagnóstica continua, los siguientes factores se mantienen constantes: los criterios públicamente explicitados, la realimentación regular y la reflexión durante el proceso de aprendizaje.

 En resumen, los cuatro conceptos analizados en el capítulo delinean los elementos centrales del marco conceptual de la Enseñanza para la Comprensión. No abarcan, por cierto, todas las situaciones que afectan la comprensión del alumno. Otros factores, tales como la estructura del aula y la relación docente-alumno, son también importantes. El marco conceptual no es sino una guía para mantener el foco centrado en la comprensión, al tiempo que les concede a los docentes un espacio para diseñar unidades y cursos que se adecuen a su estilo de enseñanza y a sus prioridad

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